Aunque la idea de partida fuera centrarse
en Marlasca, hizo muy bien Álvarez de Toledo al situar al sujeto
que, junto con su grupo ha llegado para embrutecer la política
española, en su contexto. Ninguna persona que se precie aceptaría
formar parte de un gobierno en el que esté él. La presidenta del
Congreso estuvo a su misma altura.
Es muy conveniente dejar las cosas
claras, porque no se sabe de lo que serán capaces éstos cuando no
tengan más remedio que darse cuenta del horizonte penal que tienen
ante sí. Tampoco sería extraño que tuvieran planificada la fuga.
No conviene olvidar todas esas compras fallidas de material
sanitario, cuyos importes no se sabe dónde han ido a parar.
Se conoce que Iglesias, aparte de haber
tenido ocasión de expresarles personalmente la admiración que
siente por ellos, se dedica a ver vídeos de Chávez y Maduro,
embelesado, y habla y actúa imitándolos, como si España fuera
Venezuela. En ese sentido estuvo la respuesta que le dio a Álvarez
de Toledo, ignorando las leyes españolas. Contestó como lo habría
hecho Maduro.
El mismo caso se dio al insultar a
Espinosa de los Monteros atribuyendo a Vox unas intenciones que
resultan más creíbles en Podemos. Esos también son los modos y
modales de Chávez y Maduro. Vox es un partido no de extrema derecha,
como pretenden etiquetarlo, con muy mala intención, sino
nacionalista. Puesto que el gobierno en general y Podemos en
particular tienen vínculos con los nacionalistas, prefieren obviar
esta condición de Vox y situarlo en donde no corresponde, o sea,
mentir.
Vox es un partido respetuoso con la
Constitución, y con la ley en general y con la Corona. Espinosa de
los Monteros, además suele hacer gala de unos modales muy correctos
y de una inteligencia rápida y brillante. No es extraño que los
podemitas lo odien.
Pachi López, como es natural, se siente
cómodo compartiendo mesa con ese.
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