Con respecto a la última, por ahora,
traición de Pedro Sánchez, los hay que han querido ver en ello un
plan a largo plazo. Sin embargo, cualquiera que se fije en el
personaje se dará de que es imposible imaginarlo en algo que no sea
mirarse al espejo. Pero es que está el mini Rasputín, dirán. Pero
tampoco, porque éste se ha adaptado a su jefe como el guante a la
mano, y lo que se le ve hacer es llevarle el espejo de aquí para
allá, procurando siempre que le devuelva el enfoque más favorable a
su narcisista amo.
Iglesias, terciará alguno. Pues tampoco,
porque si tuviera algo de talento ya habría desbancado al PSOE, y
sin embargo desde aquellas primeras elecciones en las que estuvo a
punto de hacerlo no ha hecho más que perder votos. Su torpeza le
lleva a creer que la mayoría de los votantes son tan canallas como
él.
El electorado de este gobierno está
aquejado de sectarismo y de odio, por lo que poco bueno se puede
construir con eso. Cada vez son menos los socialistas que le dan
sustento. Y los desengañados ya no se van a Podemos como
anteriormente.
Algunos intelectuales están conformes
con él, pero veamos algunos ejemplos: Cuando le llegó el momento en
el diario en que dos tortolitos de mucho prestigio cultivan sus
imágenes entre seráficas y bucólicas tuvo que hacer un ERE
estratosférico, los dos citados ejercían de chivatos. Esta
información duró muy poco tiempo en Google, del mismo modo que la
búsqueda de Juan Luix ya no da ningún resultado; durante un tiempo
aparecían decenas de respuestas. Si otro intelectual da rienda
suelta a su malestar con el gobierno en una columna, en la siguiente,
días después, esparce tinta de calamar, arremetiendo sobre todo
contra el PP.
Es decir, hay intelectuales con afición
a poner el cazo o recibir trato ventajoso. Esos son los que están
conformes.
Ahora trata poner la atención en la
preferencias del Ibex, según mis observaciones. Los ordenaré
empezando por los más detestados y al final los más aceptados o
deseados: UPyD, Bildu, Podemos, ERC, nacionalistas catalanes y
vascos, Vox, PP, Ciudadanos, PSOE.
En otros tiempos, el más detestado fue
la UCD, y los más deseados, CiU de Pujol, PNV de Arzalluz y el PSOE
de Felipe González.
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