lunes, 18 de mayo de 2020

La pandemia, como oportunidad


Si el gobierno hubiera tomado las medidas adecuadas desde el principio, es decir, hubiera efectuado test masivos, prohibido las manifestaciones y concentraciones humanas, y hubiera utilizado la televisión para enseñar a la gente a defenderse del virus chino, no habría habido excusa para parar la economía, ni se hubieran producido tantas muertes, ni ni habría fallecido nadie de forma tan cruel como ha ocurrido en muchos casos.
Al haberlo hecho todo mal, por egoísmo en unos y por perversidad en otros, el gobierno ha podido dotarse de unos poderes extraordinarios, mediante los cuales sigue haciendo el mal, practica la política de tierra quemada para el que venga detrás, lo cual debe de generarles mucho gozo a los componentes de este gobierno inmisericorde.
Juaristi, de cuya finura intelectual no puede dudar nadie, explicó su último dominical que Napoleón y Franco fueron déspotas, pero no arbitrarios. De donde se desprende que los gobernantes de Cuba, Venezuela, Corea del Norte y España son déspotas y arbitrarios. En lo que respecta a España, vamos comprobando día a día esa realidad. Últimamente, en el intento descarado de hundir la economía de Madrid, al impedir que los comerciantes madrileños puedan reabrir sus negocio. Y en la cara dura de anunciar, con dinero público, que protegen a los madrileños, mientras su presidenta los quiere perjudicar, lo cual es absolutamente falso, pero el hecho que lo sea no impedirá que prosigan con su maldad.
Este gobierno miserable no ha hecho nada por la salud de los madrileños, puesto que con tal de llevar a cabo la manifestación del 8 de marzo, permitió que los vagones del metro y los autobuses circularan repletos de gente durante varias semanas. Cuando el gobierno autonómico de Madrid llevó a cabo la memorable hazaña de construir un megahospital en dos días, o acaso tres, no recibió ninguna ayuda, ni felicitación del gobierno traidor que tenemos.



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