lunes, 11 de mayo de 2020

Las colas del hambre


Se forman largas hileras de personas, en distintas ciudades, que hacen cola por una bolsa de comida. Esto es así a causa del egoísmo de este miserable gobierno que sufrimos, que lejos de disculparse, haciendo honor a su condición, intenta desviar la culpa hacia quienes no la pueden tener, mediante insidias y a través de sus medios paniaguados.
Fue criminal que el gobierno postergara la toma de medidas hasta después de la manifestación del 8 de marzo. Y una vez que decidió pasar a la acción, lo hizo atendiendo a la naturaleza dictatorial y, por tanto, antidemocrática de sus componentes.
La OMS sospecha que en la Cumbre del Clima que se celebró en la primera quincena de diciembre en Madrid ya estuvo el virus chino. Si fue así, el ministro de Sanidad lo tuvo que saber. Pero, de cualquier modo, será difícil que pueda negar que en enero ya lo sabía. Si se hubieran tomado medidas entonces y se hubiera explicado a la población cómo defenderse del virus chino, la incidencia habría sido mucho menor, se podría haber atendido a todos los contagiados y el número de muertos se habría reducido a menos de la mitad. Por supuesto que no habría habido que parar la economía. ¡Ah, pero tampoco se habría celebrado la manifestación del 8-M! Y ahí les duele.
Aparte de eso, o sea, de mantener a los ciudadanos en arresto domiciliario de forma abusiva y excesiva, no se usan las televisiones, según leo, para explicar a los ciudadanos, de forma didáctica, como han de proceder para esquivar a tan peligroso huésped que quiere instalarse en nuestros organismos, sino que se utilizan, más bien, de forma propagandística y electoralista.
Los ciudadanos que, a pesar de tanta y tan manifiesta maldad, están dispuestos a votarlos otra vez deben saber que moralmente son corresponsables y que los perjudicados en su salud o en sus haciendas, en su impotencia, se lo tendrán en cuenta. Ser sectario es ser mala persona.

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