Dijo que había ido a la escuela, lo cual
de ser cierto salta a la vista que con muy poco aprovechamiento. La
suerte que tuvo es que en su tiempo los maestros ya no ponían
orejas de burro a los más zotes.
Abascal goza de un privilegio totalmente
fuera del alcance de Rufián: el de haber sido señalado y amenazado
por la banda terrorista ETA, y actualmente por los podemitas,
simpatizantes de esta.
Anguita fue señor que tuvo la
extravagante creencia de que su ideología puede servir para algo
bueno. Me sorprendería que hubiera efectuado algún tipo de alabanza
a Rufián, personaje totalmente antagónico a lo que él fue. Anguita
no entró en la política para vivir de ella, sino que fue total y
absolutamente honrado. Resultaba más incómodo para la izquierda que
para la derecha.
Blas Piñar era el notario de Madrid que
más ingresos declaraba a Hacienda. Era un hombre muy culto, pero con
la estrafalaria creencia de que su ideología pudiera servir para
algo bueno. No entró en la política para vivir de ella. Dijo en la
televisión del Régimen que era fiel al franquismo, no a Franco. Y
añadió que éste había intentado encarcelarlo. Habrá que traducir
todo esto a un lenguaje que entienda Rufián: Blas Piñar era
honrado, bravo, coherente y no era un mamón. Supongo que este último
concepto será el que capte más pronto y más extrañeza le
produzca.
Rufián es un sujeto que hace honor a su
apellido, porque al menos ha desvelado a traición las identidades de
dos personajes de la red, Pastrana y Lady Crocs, dando además otros
datos suyos, con lo cual los pone en peligro, por el simple detalle
de que son adictos a la verdad y no a la mentira.
Alardea mucho, pero se cuida más de no
hacer o decir nada que pueda llevarlo a la cárcel. Puede estar
seguro de que de eso sí que se da cuenta el delincuente Junqueras.
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