En su recomendación diaria
correspondiente al día de hoy, Fundéu explica la conjugación del
verbo ‘prever’. Lo hace de forma masticadita, paso a paso y con
ejemplos, sin duda para que lo pueda entender, Pedro Sánchez, ese
señor que de lo único que da muestras de saber algo es de que es el
presidente del gobierno. Y de dotarse de mucha pompa y boato. Y de no
decir nunca la verdad.
Según cuenta Rosa Belmonte en un
artículo que lleva por título ‘Pedro de la Preveyéndola’,
publicado en 2014, estaba Sánchez presumiendo ante Piqueras de tener
el alma blanca, demostrando ya en esos años tan jóvenes que la
verdad y él no se llevan bien, cuando el presentador le preguntó
cómo se combate la corrupción. Pues preveyéndola, respondió.
Doble error: Ni sabía conjugar verbos, ni tampoco tenía nociones de
democracia, ni excesivo interés por lo que ocurría en la política
española. Si no hubiera estado tan pendiente del espejo, como suele,
se habría dado cuenta de en ese año todavía UPyD luchaba
bravamente contra la corrupción y llevaba ideas al respecto en su
programa , propuestas en el congreso y actividades en los tribunales.
Si los españoles no votaron a este partido es porque la corrupción
no les preocupa tanto. Tampoco a Sánchez, que solo habla de la del
PP y obvia la del resto, incluido el PSOE. ¿Cuántos millones se han
volatilizado en la supuesta lucha contra el virus chino? ¿Cuántos
millones se volatilizaron con los ERE? ¿Cuántos millones se han
empleado para ‘engrasar’ a los medios afines?
La
corrupción solo se puede combatir en los países democráticos,
porque los no democráticos son corruptos por naturaleza. Y en
democracia los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial han de ser
independientes unos de otros. En
cambio, Sánchez quisiera agrupar a los tres en uno.
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