Se
queja de que le hacen escrache grupos de personas que deambulan
separadas unas de otras por, al menos dos metros de distancia, y
enarbolan banderas de España. Sería un homenaje, porque es el
vicepresidente de España. Es curioso que le hagan escrache. A él,
que está protegido por una verja, y luego por un jardín, con lo que
las voces le han de sonar lejanas, y, sobre todo, que está protegido
por las fuerzas del orden. ¿Por cuántas? Por todas las que haga
falta: «Pablo
Iglesias @PabloIglesias
"La
policía no protege a la gente, son matones al servicio de los ricos"
Mi Vídeo-monólogo de ayer causará polémica
11:59
a. m. · 15 nov. 2012 ».
No
le ha sentado nada bien al hombre, que ha dicho algo así como: ¡os
vais a enterar! Claro, el rey de los escraches es él. Es un producto
que ha importado de un país lejano y del que todo apunta a que tiene
los derechos exclusivos. Se van a enterar unos cuantos, de nuevo, de
lo que es un escrache. Sin casoplón con amplio jardín y sin policía
protegiendo el asunto puede ser serio.
En
un tiempo ya lejano, alguien, no sabemos si hombre o mujer, debió de
percatarse de que algunos individuos poseían un detalle especial. Le
llamó cara dura, seguramente porque observó que el rostro de estas
personas no se inmutaba lo más mínimo cuando sus interlocutores o
testigos mostraban extrañeza o incredulidad. Como si fueran de
piedra.
Se
ha perdido ya en la memoria del tiempo el nombre de la persona en la
que se detectó dicha característica o ventaja competitiva, pero de
lo que no cabe ninguna duda es de que el grado de dureza que pudiera
tener la cara de dicha persona ha sido ampliamente superado, sin que
sea necesario dar los nombres que quienes lo han conseguido, porque
están en la boca de todos.
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