Todas las dictaduras tienen la pena de muerte en su ordenamiento jurídico, y algunas democracias también. Puig Antich sabía lo que le esperaba si no se entregaba, pero prefirió asesinar al policía.
Pertenecía al MIL, grupo armado cuya actividad consistía en atracar bancos para emplear el dinero conseguido en actividades clandestinas.
Es significativo que haya grupos que tengan algún asesino como referente -no sólo se da este caso- y que mientan sobre el particular. Concretamente, en este caso dicen que fue ejecutado por anarquista.
Sube a la tribuna un orador, de VOX concretamente, porque se conoce que los del PP, aunque dudo mucho que Ayuso, de estar ahí, se hubiera callado, a explicar, y lo hizo con brillantez, la realidad de los hechos, momento en que unos cuantos miserables abandonaron el hemiciclo.
Se da el caso de que el sistema español paga a partidos antisistema para que intenten desbaratar el sistema. Ellos mismos lo dicen así, sin esconderse e intentan conseguir sus votos dando a conocer esas intenciones.
Si ya resulta bastante grotesco que tengan cabida en la política española y alguien debería preguntarse quién es el mayor responsable de que las cosas sean así, se da el caso de que aun hay algo peor, y es que forman parte del gobierno, como socios o como apoyo parlamentario.
El PSOE, que es un partido que ha venido alardeando de superioridad moral desde el inicio de la democracia, ha quedado hundido en este aspecto. Ya sólo le queda la caradura y el afán de disfrutar del poder, ya con fines indisimuladamente egoístas. Los socialistas ya no pueden alegar nada más que la cruda realidad: por el momento, son los que mandan, aunque de hecho sólo manda uno y todos los demás obedecen.
Algunos socialistas, ya sin peso en el partido, intentan salvar la cara firmando una carta de protesta contra una de las abyecciones del gobierno.
Nota.- Algunos panfletos de la izquierda, con Lo País a la cabeza, y a tenor de sus titulares, creen que explicar el motivo por el que fue ajusticiado Puig Antich equivale a justificarlo.
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