Me refiero, lógicamente, a los avergonzados por la actitud del PSOE. Hay cincuenta socialistas que se han desmarcado públicamente de la ley de Amnistía, pero no han dado a conocer cual será el sentido de su voto el domingo próximo.
El PSOE es especialista en el arte del birlibirloque, decir una cosa y hacer otra. Ha estado engañando durante todo el tiempo a mucha gente de buena fe que creía en el partido. Pedro la ha despertado de su sueño y Begoña puede hacer que caiga él. Esa es la ilusión de los españoles que temen por sus bienes.
Los hay que dicen que Sánchez es peor que Zapatero. No. Zapatero sabía que estaba haciendo mal, pero disimulaba bien y conseguía engañar a muchos. Si no fuera tan torpe, seguiría gobernando. Pero la ruina vino de golpe y tuvo que salir por piernas. Si se hubiera dado cuenta de lo que iba a pasar, si hubiera obrado con más cautela, para que la ruina llegara poco a poco, habría seguido ganando elecciones.
Sánchez, en cambio, no sabe que está haciendo mal. Lo único que sabe es que necesita ser el presidente. Siempre habla con convicción, aunque diga lo contrario de lo que ha dicho media hora antes. Y es que en cada momento dice lo que le conviene y está convencido de que lo que conviene a él es lo mejor para todos,
Al contrario que Zapatero, nunca ha conseguido ganar una elección. Tampoco ha conseguido nunca dominar ninguna de sus pasiones, el miedo, el odio, la ambición, el rencor, el narcisismo… Es esclavo de ellas y en satisfacerlas concentra todas sus energías.
Si hubiera que dar a cada cual lo que merece, a él lo tendrían que meter en un psiquiátrico y a Zapatero en la cárcel.
La esperanza es que gracias a Begoña caiga Sánchez y entonces veremos quién quiere participar en unas elecciones bajo la marca del PSOE.
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