martes, 4 de junio de 2024

El juez del caso Begoña

 

Atiende al nombre de Juan Carlos Peinado y tiene mucho mérito, no solo porque el caso Begoña cada vez es más grande, se descubren nuevas cosas, etcétera, sino porque el fiscal, que debería ayudarlo lo que hace es complicarle la vida, y además están los panfletos, cuya misión, como todo el mundo sabe, no es informar, sino enredar.

Aquí tenemos que mientras el juez ha optado por cumplir con su obligación, que es la investigar lo que en principio no está claro, al fiscal, por lo que se ve, le basta con quedar bien ante Pedro, del que hace tiempo que no queda ninguna duda de que tiene la cara más dura que una piedra.

Toda la esperanza de los españoles libres de sectarismo y de imbecilidad -porque para apoyar a este gobierno que nos lleva a la ruina a marchas forzadas hay que ser imbécil- tenemos nuestras esperanzas puestas en el juez Peinado.

Él puede hacer que caiga el gobierno. Cuando el presidente se encerró durante cinco días, que, no obstante, cobró enteros -usted no es decente, señor Rajoy, le dijo con toda la jeta- le mandaba con ello un recadito al juez, para amedrentarlo y que abandonara la investigación del caso. La respuesta del juez al juego sucio gubernamental fue levantar el secreto del sumario y con ello todo el mundo pudo ver que lo del Felón era una nueva felonía, puesto que ya sabía que su señora estaba investigada, o sea que le convenía tener abogado desde el primer momento, porque de ahí pueden derivarse responsabilidades penales.

Sabemos que el Felón, si le conviene, la dejará sola, porque está por ver que alguna vez haga algo por alguien.

Los datos que se van conociendo del caso permiten saber que si se hubiera dado en Portugal ya habría tenido que dimitir. Habiendo sucedido en España se puede pensar que el proceso será más largo, pero que acabará dimitiendo o siendo destituido.

Esos libros míos

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