martes, 19 de enero de 2021

De Anasagasti a Iglesias

En ambos se da la circunstancia de que vienen dedicando sus vidas al cuidado de su cabello.

Aquí se acaban los paralelismos, porque mientras Anasagasti se lo peina él mismo, de forma artesanal, hasta lograr una artística ensaimada, el peinado que luce el otro es cutre y, puesto que ve tantas series, se deduce que lo hace mientras lo peinan y sin prestar demasiada atención.

No sólo tiene mejor gusto Anagasti en el peinado, también en el vestir se da el caso y, sobre todo, en el talento, campo en el que la diferencia es abismal. Anasagasti nunca se aparta del todo de la verdad, como hace el otro, más grosero, sino que sabe servirse de medias verdades para defender, con tino, causas tan indefendibles como la del orate Arana, al que logra presentar como razonable, o la del nacionalismo, siempre tan nefasto, como se ha podido comprobar en el caso del Brexit, que tanto perjudica a unos y a otros.

Sabe también Anasagasti aparentar distancia con ETA. Conviene explicar esto, porque muchos no se dan cuenta. La banda terrorista no habría podido durar de no estar el PNV. Este partido, aparentemente sin pretenderlo, proporcionaba coartadas a los seguidores de los etarras, gracias a lo cual tuvieron respaldo popular y gentes ‘comprensivas’ que los ayudaban a esconderse y les ayudaban de cualquier modo que pudieran. Por su parte, el PNV, que en los primeros tiempos de la democracia era casi inexistente, no habría logrado tanta preponderancia sin el clima de terror que impuso. Todo esto lo aprovechó muy bien Arzalluz, un malvado muy inteligente. Sospecho que fue el fundador de ETA y su jefe en la sombra.

Dentro de la ambigüedad con la que sabe moverse el PNV en los asuntos en que le conviene -contrasta la finura de este partido con la zafiedad de Podemos-, Anasagasti siempre se ha mostrado en público en contra de ETA, al contrario que Iglesias. 

No hay comentarios: