sábado, 30 de enero de 2021

La lección de Victor Hugo al Felón

 

«Apolonio: Mentir es propio de siervos y decir verdad, de hombres libres».

Oficialmente, ha sido abolida la esclavitud, aunque perviva en otras formas o bajo otros métodos. Los hay que son esclavos de sus vicios. El del poder está muy extendido. ¿Qué sabrán ellos lo que es el poder? Me he referido algunas veces a un mendigo que le podría dar lecciones a Diógenes. Y la palabra mendigo en este caso está mal empleada, porque no pide limosna. A saber dónde encuentra su sustento, pero él se procura sin ayuda de nadie. Lo suyo sí que es poder.

El valor que cada cual le da a su palabra señala el suyo propio. De Roma nos ha llegado la leyenda de Marco Atilio Régulo, que quizá sea cierta. Este personaje debe de dar mucha risa al Felón y a los cantamañanas de sus ministros, tan numerosos ellos. Pero, en cualquier caso, fuera real o inventado lo que se cuenta de él, fue un gesto que ayudó a cimentar la grandeza de Roma.

Por su parte, Victor Hugo escribió un poema maravilloso, «Sur une barricade, au milieu des pavés», en el que un niño de doce años cumple la palabra que ha dado. La gentuza alegará que es un poema, no un hecho real, y con ello dejará demostrada su condición.

«Mais le rire cessa, car soudain l'enfant pâle, / Brusquement reparu, fier comme Viala, / Vint s'adosser au mur et leur dit : me voilà». El cumplimiento de la palabra dada. El propio Felón lo decía a sus feligreses, y no me extrañaría que lo siguiera diciendo: «Yo, lo que digo lo cumplo». El Felón.

Quedan muchos ejemplos por poner. José Romeu prefirió morir antes que traicionar a su patria. Le ofrecían el oro y el moro para que lo hiciera. El Felón es capaz de traicionar a su patria, y a su palabra, todas las veces que haga falta para conseguir su sueño. 

 


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