Los redactores de la Constitución de Estados Unidos pusieron todo su empeño en salvaguardar la esencia de su nación y la democracia. Puede decirse que previeron todo lo que se podía prever en su tiempo. Lo que no podían imaginar es un día las nuevas tecnologías lo trastocarían todo.
El mundo se ha convertido en una selva. Las redes sociales están plagadas de fanáticos que actúan disciplinadamente a la orden de sus cabecillas, hay troles y bots por doquier. Los dueños de esas redes sociales no parecen tener mucha simpatía por la justicia, puesto que no actúan, al aplicar sanciones, con el mismo rigor con todos.
Las batallas, en la actualidad, tienen lugar en esas redes sociales, en las que unos tienen ventaja sobre otros.
Estas redes han propiciado que los populistas hagan acto de presencia y se presenten ante los bobos como una suerte de Reyes Magos que les van a solucionar todos los problemas. Aunque, en realidad, para lo que se les vota en España es para que repartan la miseria.
En las recientes elecciones de Estados Unidos, y quizá en otras anteriores, se han hecho muchas trampas, ofendiendo a quienes pusieron tanto celo en la redacción de la Constitución y al pueblo. No se trata sólo de las redes, sino también de los sistemas electrónicos y de los controles en los votos por correo.
Cuando no hay confianza en las instituciones -y los populistas fomentan que no la haya- la violencia espera en la puerta y resulta muy fácil abrirla.
Lo ocurrido en el Capitolio, que antes ya había pasado en España, viene a demostrar que la democracia tiene que aprender a protegerse de esta lacra que amenaza con destruirla. Porque en el momento en que se acabe la democracia a causa de las actividades de estos bárbaros de hoy se habrá terminado también toda esperanza.
‘El Parotet y otros asuntos’
‘Diario de un escritor naíf’
‘Yo estoy loco’
‘Valencia, su Mercado Central y otras debilidades’
‘1978.El año en que España cambió de piel’
‘Tránsito en la mirada’
‘Te doy mi palabra’
No hay comentarios:
Publicar un comentario