Hoy en día ya no es que a la verdad se la busque con desgana, sino que directamente se trata de desacreditarla con el fin de imponer un relato que se superponga a los hechos y suplante a la realidad.
En este sentido, y en lo que respecta a Cataluña, hay un grupo de profesionales cualificados en lo suyo, en el que abundan los doctores en esto o en aquello, todos muy presuntuosos y engolados, que tratan de darnos gato por liebre y están seguros de que lo van a conseguir.
Esto al Felón le viene bien. Todo lo que sea ir en contra del orden y la justicia le viene bien al Felón, incluso para ello no le importa bailar con la más fea, el más feo en este caso, que es Iceta.
Pero yo daré aquí una lista de catalanes, que no pretende ser exhaustiva ni mucho menos, de hecho la voy a hacer de memoria, que no se dejan tomar el pelo, ni contagiar con la peste catalanista, y con los cuales coincido en este punto. No es que yo odie a los catalanes, sino que no estoy de acuerdo con la mentira.
Comenzaré por Teresa Giménez-Barbat a la que conocí gracias a la internet hace años y con la que coincidí en una librería de las Ramblas en 2014. A Teresa Freixes la conozco virtualmente. Hay otra señora de las letras a la que también conocí personalmente en la librería citada, pero no digo su nombre porque no me consta que se haya significado públicamente.
El juez Llarena no es catalán de nacimiento, como las dos citadas, pero vive en Cataluña y ha sufrido los embates de los salvajes catalanistas.
Hay otro amigo que actúa en Twitter como Randy Watson, que también acudió a aquella librería, y otro que es El Richal, que no pudo venir.
Cristian Campos, @ibarbarellah, @EugeniodOrs, y Juan Carlos Girauta tampoco se dejan engatusar por los sediciosos.
Podría hacer una lista mucho más larga, y con nombres muy conocidos, pero me conformo con señalar que los catalanistas son maleducados y los catalanes no.
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