domingo, 18 de julio de 2021

Socialismo no es sinónimo de democracia

 

Gentes en las que confluyen a partes iguales la simpleza y la gandulería piensan que el hecho de optar por el socialismo lleva aparejado el de ser demócrata. Y no. El socialismo puede y debe desarrollarse en democracia, porque de lo contrario es una catástrofe, pero el socialismo y la democracia son cosas distintas, que pueden ir unidas o no.

Ser demócrata es ser educado, cortés, respetuoso con las leyes por encima de todo, tolerante con las cosas que se deben tolerar e intolerante con las que no, por ejemplo, con la falta de respeto a las leyes, con la falta de educación.

La calidad de demócrata no cae del cielo. Como todo lo que es valioso, hay que esforzarse para conseguir serlo, para merecer ser considerado así.

El sectarismo y la democracia son incompatibles. Y hay muchos socialistas, incluso en el gobierno, que son sectarios y se dicen socialistas. El partido socialista debería dejar claro esto, lo que ocurre es que le conviene y en lugar de erradicarlo lo fomenta. Eso es pan para hoy y hambre para mañana. El sectarismo siempre es de índole dictatorial y propio de malas personas.

El nacionalismo también es incompatible con la democracia, porque no está al servicio de los ciudadanos, sino que pretende conducirlos a una meta determinada de antemano. Esto hay que decirlo también porque personas dotadas con una capacidad mental algo superior, no mucho, a la gente simple, en la Transición, otorgó credenciales de demócratas a los nacionalistas debido a que se habían significado como antifranquistas.

Conviene significar dos cosas: ser antifranquista no es sinónimo de ser demócrata y en vida de Franco los antifranquistas solían serlo de salón. No era lo mismo estar en la cárcel en 1972 que en 1942.

Para terminar: «Puede decirse que hay democracia en un lugar cuando alguien que piensa lo contrario que la mayoría puede transitar tranquilamente por sus calles».


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