martes, 6 de julio de 2021

Este gobierno dice que nos procura la felicidad

 

Que eso lo diga la Montera, a la que la inteligencia ni se le supone -este gobierno trabaja por la felicidad de las personas-, pues nos pilla acostumbrados. Son muchas las señoras que la acusan de haber conseguido el cargo por la vía vaginal. Fíjense que dice que procura la felicidad de las personas, no de los osos panda.

Que también lo haya dicho el Felón, se enmarca dentro de su categoría, o sea, récord mundial de descaro. El asombro de los dioses, que todavía no saben cómo se les podido colar un mentecato así.

Pero que también lo haya dicho el ministro de Justicia -un gobierno que se precie tiene que tener el objetivo de llevar la felicidad a la sociedad- que tiene acreditada su solvencia intelectual, es subir un escalón más, no de estupidez, sino de maldad. Cursilería aparte.

La felicidad es una aspiración individual, algo que este sujeto debe saber, los otros dos citados, obviamente, no.

La felicidad es la meta humana por excelencia. El problema es que para poder intentar alcanzarla hay que cultivar la sensibilidad, es de decir, hay que intentar ser buena persona por encima de todo. Hay que desvivirse por ser mejor. Cuando se sustituye el querer ser mejor, aspiración muy difícil que requiere sacrificios, por querer ser más, para lo cual es imprescindible ser borde, el camino de la felicidad queda cegado. Porque se ha cegado esa sensibilidad necesaria para conseguirla.

Vamos a ver si ese ministro de Justicia que se cree tan listo y tan capaz de adecuar las leyes a los caprichos de su señorito, si también puede explicar cómo puede el gobierno intervenir en las decisiones personales de los ciudadanos, cómo puede obligarles a ser buenas personas, requisito indispensable para poder aspirar a la felicidad. Que, por otra parte, es inalcanzable, puesto que una persona sensible no puede ser feliz a la vista de tantas injusticias, entre ellas que tengamos que sufrir este gobierno.


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