Se conoce que a Nadia Calviño le queda algo de prestigio en la UE, porque lo es en España salvo el que le quieran dar los sectarios sanchistas, no los socialistas, no le queda nada.
El Felón la ha puesto en ese cargo para engañar a la UE, para que piense que aunque también estén los bolcheviques la que manda es ella, y que le dé el dinero que necesita. Pero no, quien manda es él y los bolcheviques saben que pueden hacer caer su gobierno cuando quieran. Al final, resulta que en este gobierno que dicen feminista, porque el sesenta y tres por ciento son mujeres, Nadia está de florero.
También saben los infames nacionalistas que no se les volverá a presentar una ocasión con esta, porque felones de este calibre no se dan todos los siglos, por lo que van a hacer todo lo que puedan para aprovecharla. El margen de maniobra de Calviño, dadas las necesidades de su jefe, es escaso.
Por otro lado, la remodelación del gobierno pone en evidencia al Felón. Atención feministas: Margaret Thatcher asumía la responsabilidad de todo lo que hacían sus subordinados. El Felón siempre carga las culpas en las espaldas de los demás. Todas las mujeres de su gobierno tienen demostrada su sumisión. Y los hombres también. A ‘todas y todos’ los que ha destituido los culpa de algo, de haber soltado a los criminales catalanes, de haber organizado lo de Murcia, etcétera, salvo a Ábalos, porque lo de éste parece un tanto raro. Ha prestado grandes servicios a su amo, creo que incluso lo tuvo en su casa de Valencia, es capaz de hacer cualquier trabajo, por guarro que sea, y cuando, por motivos más que fundados, se pidió su destitución, respondió con chulería que estaba ahí para quedarse. Y no se ha quedado. Algo oculto hay en ello. Pero, sobre todo, lo que queda claro es que el Felón no es fiel a nadie. Ni a Nadia. Acabará quemada.
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