Lo que ocurre, seguramente, es que en los próximos tiempos el Felón se dispone a jugar el partido de otra forma y cambia la alineación.
Los hay que dicen que la Calva y el miniRasputín no se llevan bien y por eso sale, pero esa no es suficiente explicación, porque ambos han demostrado tener unas tragaderas, aunque sí que podría ser que, a pesar de su enormidad, las de la Calva no sean suficientes para lo que viene y le haya pedido a su señorito que la ponga al margen.
También se ha dicho que Iceta se va apoderar de todo, pero no. Una cosa es verse con el Felón de vez en cuando y otra trabajar con él codo con codo. A partir de ahora a Iceta se le va a ver cara de acojonado. La misma de Garzón cuando se tuvo que tragar lo del chuletón ‘al punto’. Ojo, que el protector de los pobres no se conforma con comer, ha de estar al punto.
Por cierto, el mismo trato que le dio a este se lo podría dar a Yolanda, que también es comunista, le gusta pegarse la buena vida y dice burradas del mismo calibre.
Pero ahora nos tocará aguantar el baile de Iceta, bajo la atenta mirada de su jefe. Nos querrán hacer creer que los burros y las burras vuelan. Esto es lo que nos espera, un continuo bombardeo de tergiversaciones históricas y de ensayos nauseabundos y manipulaciones de todo tipo.
Sería conveniente que en la oposición hubiera alguien capaz de plantear la batalla cultural. Casado cometió un error de bulto al apartar a CAT, que no se arredraría ante el trilerismo que viene. Al no estar ella, los sinvergüenzas van a cargar contra Ayuso una y otra vez. Estaría bien que tuvieran dos mujeres enfrente y no sólo una.
Tal vez lo que viene sea demasiado incluso para las enormes tragaderas de la Calva.
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