viernes, 10 de diciembre de 2021

Bien por Francesco Arcuri

 

Hay una ministra especialmente repugnante por lo caprichosa, sectaria y confesada afición a la guillotina, también de forma caprichosa, que ya son dos atrocidades, la pena de muerte y sin juicio, que insiste en dilapidar espuriamente los impuestos de los españoles y en hacer añicos todo lo que caiga en sus manos, en este caso la justicia, y a pesar de que hay varios jueces en el gobierno lo consiguió en el caso Juana Rivas. Los jueces italianos deben de observar este caso con asombro.

Con buen criterio, Fracesco Arcuri ha decidido interponer recurso para defender a sus hijos de una madre que ha demostrado que ni los quiere, ni le importan. Se sirve de ellos, sin importarle el daño que les hace. Presumiblemente, el gobierno sufrirá un nuevo revés judicial, sin que a la ministra causante del desaguisado le importe mucho, porque ella, mientras tanto, y parece ser que el fallo tardará en llegar, hará mucha publicidad infame sobre el asunto, sin tener en cuenta que hay unos niños involucrados. Qué le importan a esta señora los niños. Ella tiene que vengarse.

Tanto la justicia italiana como la española han fallado a favor del padre, y eso que en la actualidad las leyes españolas dan ventaja a las madres. Nada de eso ha sido tenido en cuenta que luego habla de democracia y de decencia, sin darse cuenta, se conoce que hasta ahí no llegan, de que ambas cuestiones reposan en la justicia. Un gobierno que se pasa la justicia por el forro no es demócrata.

Repito lo dicho en otros lugares: Todos los diputados, en la página del Congreso en la que exponen sus currículums deberían añadir el concepto que tienen de la democracia, y del papel de la justicia en ella, en una redacción de, al menos, trescientas palabras.

Lo que escribieran los ministros comunistas o filocomunistas sería suficiente para tumbar al gobierno.


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