Montero ha encargado un estudio, por el que pagará 12 000 euros, para estudiar las diferentes formas de reaccionar de mujeres y hombres ante desastres climáticos.
Esto demuestra que no hay nadie inteligente en ese ministerio y tampoco nadie que haya trabajado en su vida. Las personas que se ganan el pan con el sudor de su frente tienden a ser más cuidadosas con el dinero de los demás.
Tanto los hombres como las mujeres pueden reaccionar con entereza o convertirse en un manojo de nervios. En el incendio del hotel Corona de Aragón, que presumiblemente fue un atentado, permaneció sentada en la silla esperando que fueran a sacarla.
Lo de este ministerio, y de todos lo de Podemos, es una sucesión de escándalos, un derroche continuo de dinero. Todo el mundo no gana el dinero con tanta facilidad y escaso esfuerzo como los enchufados de Podemos en los distintos ministerios. La mayor parte de los trabajadores sufre mucho para conseguir pagar lo que la voraz Hacienda española les exige y no escasean los que han de renunciar a algunas necesidades básicas para poder atender los requerimientos fiscales.
Todo ese dinero de la clase trabajadora queda en manos de las personas insensibles e incompetentes que ocupan los ministerios y lo gastan como si les hubiera caído del cielo. No ven las gotas de sudor de quienes lo han pagado, no les llegan los efluvios sudorosos de los asalariados.
Lo de estos mindundis del pensamiento es jugar a ser importantes, a creerse más listos que los demás, cuando su inteligencia no les da ni para hacer una suma simple, una deducción correcta, o un saber distinguir entre demócrata y terrorista, entre el respeto al prójimo y ordenar acosos, entre lealtad y traición, entre tener vergüenza y tener cara dura, entre ser productivo y saquear.
Los componentes de este gobierno, con el presidente a la cabeza, todavía no se han enterado de que van a pasar a la historia.
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