Da risa ver a dos seres tan inequívocamente cobardes dos -caganers vocacionales- mostrarse tan eufóricos, total porque tienen cogido por donde le duele al Felón.
Deberían saber, pero quizá no sea el caso, que es radicalmente injusto que merced a unos pocos votos puedan perjudicar tanto a tanta gente. Un fallo en el diseño del sistema político les permite tamaño despropósito.
Se da el caso, además, de que el poder del que disfrutan, o sea, el apoyo de unos cuantos votantes lo deben al odio al resto de los españoles que han ido insuflando a lo largo del tiempo y de forma masiva últimamente. El odio hace mucho a quien lo siente, por lo que el perjuicio que han causado a Cataluña se va a ir notando cada vez de forma más palpable. Una sociedad en la que predomina el odio está condenada al fracaso.
Han dilapidado muchos millones en fomentar el engendro de Pompeyo Fabra, cuyas motivaciones fueron políticas y no lingüísticas, y en hacer desaparecer la lengua española. No han conseguido ni una cosa ni otra. Han fracasado.
Ciegos como están de odio y de arrogancia no se han dado cuenta de una cosa, y es que el Felón ha llegado hasta donde está por guaperas, es tan zote como ellos dos. Por el mismo motivo, ha conseguido tener engañados a unos pocos mandatarios mundiales, pero esto seguramente se le ha acabado, puesto que está haciendo el ridículo en el caso de los ataques terroristas a Israel. El gobierno de este país ya ha tomado nota sobre él, y también la tienen que haber tomado los demás dirigentes europeos que no darán crédito a tanta estupidez. Sus socios de gobierno lo van a hundir. También los catalanistas están colaborando en este aspecto. Y todos los socios del PSOE han demostrado al mundo su naturaleza, de modo que la cuerda se puede romper por cualquier lado en un momento u otro.
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