domingo, 1 de octubre de 2023

Parió la burra

 

La ONU se fundó para resolver problemas, pero a día de hoy no se ve qué pueda cumplir ese cometido. Siempre ha dicho que hay que descolonizar Gibraltar, rapiñado por los ingleses de mala manera, y que el Sáhara es de los saharauis. No sirve para nada, puesto que ni los fundadores de la ONU acatan sus resoluciones.

Había algo, no obstante, loable. En los casos citados, la ONU acertaba con sus dictámenes o disposiciones, daba la razón a quien la tenía, aunque luego todo quedara en agua de borrajas.

Actualmente, parece que la ONU ha dejado de lado su vinculación retórica con el bien, puesto que lo señalaba, deseaba llevarlo a cabo pero no podía, y ahora ya se ha puesto del lado del mal, que eso sí que lo podrá hacer, porque hacer el mal es mucho más fácil que hacer el bien.

Ha empezado por cambiar el sentido de las palabras, como hacen siempre los comunistas, la del cohete de los ricos por ejemplo. Ella sabe, bueno, decir que ella sabe es excesivo, a ella la deben de haber informado de que la palabra democracia es muy grata a la gente, así que siempre la tiene en la boca, aunque lo que ella propugna es una dictadura siniestra.

Pues aquí tenemos a la Relatora de la ONU para la Libertad de Expresión pidiendo a los Estados que impidan las opiniones coherentes y lógicas y potencien un modo de pensar que solo se puede dar en personas intelectualmente aturdidas. Éramos pocos y parió la burra.

Esta gentuza que se va expandiendo por el mundo causando un daño irreparable quiere cargarse de un plumazo y por las bravas toda la sabiduría acumulada por la humanidad a lo largo de los milenios, para imponer una porquería izquierdosa que llevaría a la extinción de la humanidad si lo lograra.

Esperemos que no lo consiga. De momento, en España está en trance de formar gobierno, con lo desastroso que sería.

Esos libros míos

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