Me refiero a todos los integrantes de los distintos partidos de la extrema izquierda, que siendo todos iguales andan riñendo unos con otros, porque es su condición. Entre ellos no imperan la lealtad, el honor, ni ninguna otra virtud que les haría estar cohesionados. Lo propio de ellos es la traición y la puñalada trapera.
Aunque también podría referirme al PSOE, puesto que fundó el GAL y desde Zapatero anda de arrumacos con ETA y ya con Sánchez la cosa ha ido a mayores, pero sería injusto porque hubo socialistas que lucharon con denuedo contra ETA, exponiendo sus vidas y perdiéndola en bastantes ocasiones. Pero ya no queda ninguno de esos en el partido y los que hay y los que les votan, evidentemente, no tienen vergüenza ni la conocen.
Me centraré en los de la extrema izquierda que cobran del Estado, pero defienden los intereses de Irán. Aparte de que se parecen mucho a Bildu en sus ideas, se manifiestan a favor de los terroristas de Hamás, que están dirigidos por los ayatolás iraníes.
Daría risa si no se tratara de atentados brutales. Estas gentes de la extrema izquierda se dicen feministas y unas cuantas cosas más, con las que pretenden adornarse, pero obedecen a unos tipos que matan a las mujeres que no llevan velo, o no lo llevan puesto exactamente como se les ordena, ahorcan homosexuales subiéndolos con una grúa desde el suelo, y marcan a latigazos las espaldas de quienes les da la gana.
Cobran sus sueldos de los españoles y mandan tuits a von der Leyen, en defensa de Hamás, y convocan manifestaciones en España por el mismo motivo, sin que el PSOE se atreva a desautorizarlos y echarlos del gobierno, con lo cual perjudican gravemente la reputación internacional de España.
También Borrell, que no es tan inteligente como se cree, pero sí lo es mucho más que Sánchez, ayuda en esta cuestión.
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