Está Bildu queriéndole cortar el cuello (metafóricamente) a González, Felipe de mi vida en su tiempo, y Sánchez se lo concederá, porque para él lo más importante de la vida es ser presidente.
Veremos cuántos amigos le quedan al fundador del actual PSOE. Si aparecen y oponen resistencia, Bildu aflojará, porque tampoco le interesa que caiga Sánchez.
Pero el berenjenal mayor se lo ha organizado Podemos. Y aquí sí que no tiene remedio la cosa, porque el mal ya está hecho y tiene y seguirá teniendo consecuencias.
Y en estas que llega Tezanos, que debe de creerse Tiziano por la creatividad que demuestra en lo que, sin duda para él, son obras de arte, y hace el ridículo. Aquí todo es ridículo, menos el dinero que nos cuesta y los malos hábitos que se propagan.
Por su parte, la tal Yolanda, que debe su cargo a Iglesias, piensa que tiene más posibilidades obedeciendo a Sánchez que a su padrino. Y este ha montado en cólera y le ha dedicado unos cuantos epítetos.
Decía Anson, tiempo atrás, que Iglesias es inteligente. A saber lo que pretendía con eso.
Según Borges, la duda es uno de los nombres de la inteligencia. Pero aquí nadie duda. Una persona inteligente, al ver las consecuencias de su acción, como mínimo se plantea que ha podido meter la pata. Un patán, en cambio, echa la culpa a los jueces. Contar los patanes que hay en este enredo puede ser fatigoso.
El que no ha captado todavía el peligro es Sánchez. Él, a lo suyo: yo quiero ser presidente, yo quiero ser presidente, yo quiero ser presidente.
Los barones socialistas tienen dos opciones: rebelarse y ser destituidos o esperar a que no les vote nadie. La destroza perpetrada por Podemos les alcanzará a ellos en primer lugar.
A Sánchez todos le temen en el partido, porque es rencoroso y vengativo y no olvida las afrentas.
Esos libros míos
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