Mientras esperaba terminase de arreglarle los boquerones y los calamares a la señora que me precedía en el turno, me ha dado por comentarle algunas banalidades a ésta, para no estar pendientes de lo que hacía la trabajadora.
Me ha seguido la corriente, pero se conoce que ha cogido confianza y ha dicho:
-Y ahora veremos qué hacen con Vox.
-¿No le gusta Vox?, le he preguntado.
-No me gusta lo que hacen con las mujeres maltratadas, me ha respondido.
-Pero si en Vox hay muchas mujeres, he replicado yo.
Entonces, ella ha cogido su compra y se ha ido, sin decir nada.
Me he dado cuenta de que los podemitas, aunque no solo los podemitas, han establecido un marco mental antidemocrático y malvado, que ha sido asumido por la gente de izquierdas cuya capacidad intelectual es similar a la de los ministros y ministras de Podemos.
Una vez que han aceptado como idea básica que es Vox el perjudicial para las mujeres y no Podemos poco se puede discutir ya. Si esa señora no se hubiera ido, no le habría dicho nada más, quizá le hubiera hecho alguna pregunta, pero por no callar.
El caso es que Vox nació con fecha de caducidad, como afortunadamente también es el caso de Podemos, pero por motivos distintos.
Como recalcó Ignacio Camuñas, Vox nació a causa del descontento de muchos votantes del PP, lo que significa que en el momento en ese descontento desaparezca es muy posible que vuelvan. Ahora se ha dado la circunstancia de que son tantos los que han comprendido que Sánchez es un peligro público, que hay voluntad de echarlo, por lo que la tentación del voto útil va a estar presente.
La desaparición de Podemos, o reducción del comunismo a la mínima expresión se deberá a la maldad intrínseca del comunismo y la torpeza de sus dirigentes.
Y con el PSOE veremos lo que ocurre, porque Sánchez ha sido nefasto.
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