Inaceptable boicot a Orange
España
es una democracia sin demócratas, o con muy pocos. Se vio cuando la
traición de Casado a Ayuso, en que muchos diputados populares
apoyaron al traidor. Si los diputados no saben en qué consiste ser
demócrata, menos lo sabrán los ciudadanos corrientes. Se vio cuando
Rufián desveló la identidad de una juez que actúa con pseudónimo
en Twitter, y su partido no lo expulsó. Es decir, el partido de
Rufián no es demócrata, menuda noticia.
Se
ve en los socialistas que soportan a un Secretario General y
presidente del gobierno que no tiene ni idea de lo que significa ser
demócrata.
Es
decir, que si en España tenemos tan pocos demócratas, no resulta
sorprendente que haya un impresentable al mando del Ejecutivo.
Entonces
ocurre que a una señorita le hicieron unas por la calle, sin
preguntarle el nombre, y las contestó. Y unos degenerados, porque no
se les puede calificar de otro modo, han averiguado quién es,
desvelado su identidad y su lugar de trabajo. Ese es un modo de
acabar, de acabar con la convivencia, de acabar con la salud mental
de muchos.
Es
seguro que si alguien enferma por su culpa, ellos no se sentirán
responsables. Pues que sepan que un demócrata siempre es responsable
de sus actos y respetuoso con las opiniones ajenas, siempre que sean
legales, como es el caso de las de esta señorita.
Solo
un juez debería poder desvelar la identidad de alguien que desea
permanecer en el anonimato, y lo tendría que hacer por motivos
regulados por ley.
Esta
gente que investiga las identidades de otros, porque no le gusta lo
que piensan, y las revela al público, no se precia a sí misma,
sufre una degradación personal constante y se venga del mundo.
Eso
de presionar a Orange para que despida a una empleada es moralmente
criminal. Quienes actúan así están muy lejos de ser demócratas.
Están por desbravar.
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