lunes, 10 de julio de 2023

Inaceptable boicot a Orange

 

España es una democracia sin demócratas, o con muy pocos. Se vio cuando la traición de Casado a Ayuso, en que muchos diputados populares apoyaron al traidor. Si los diputados no saben en qué consiste ser demócrata, menos lo sabrán los ciudadanos corrientes. Se vio cuando Rufián desveló la identidad de una juez que actúa con pseudónimo en Twitter, y su partido no lo expulsó. Es decir, el partido de Rufián no es demócrata, menuda noticia.

Se ve en los socialistas que soportan a un Secretario General y presidente del gobierno que no tiene ni idea de lo que significa ser demócrata.

Es decir, que si en España tenemos tan pocos demócratas, no resulta sorprendente que haya un impresentable al mando del Ejecutivo.

Entonces ocurre que a una señorita le hicieron unas por la calle, sin preguntarle el nombre, y las contestó. Y unos degenerados, porque no se les puede calificar de otro modo, han averiguado quién es, desvelado su identidad y su lugar de trabajo. Ese es un modo de acabar, de acabar con la convivencia, de acabar con la salud mental de muchos.

Es seguro que si alguien enferma por su culpa, ellos no se sentirán responsables. Pues que sepan que un demócrata siempre es responsable de sus actos y respetuoso con las opiniones ajenas, siempre que sean legales, como es el caso de las de esta señorita.

Solo un juez debería poder desvelar la identidad de alguien que desea permanecer en el anonimato, y lo tendría que hacer por motivos regulados por ley.

Esta gente que investiga las identidades de otros, porque no le gusta lo que piensan, y las revela al público, no se precia a sí misma, sufre una degradación personal constante y se venga del mundo.

Eso de presionar a Orange para que despida a una empleada es moralmente criminal. Quienes actúan así están muy lejos de ser demócratas. Están por desbravar.

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