La idea de que cualquier día la justicia de Estados Unidos va a pedir la extradición de Zapatero hace tiempo que está en el ambiente. El ahora reconvertido en mayordomo de Maduro da a pensar en ello, con sus viajes, con sus declaraciones, con su actitud mediante la que intenta favorecer a la dictadura que tiene esclavizados a los venezolanos.
Últimamente ha recibido la podría considerarse una lanzada a moro muerto. Tantos años esperando la oportunidad para ahora lanzarse al degüello contra él puede ser el anuncio de que algo se está moviendo.
En su tiempo Zapatero se revolvió contra el poder de Polanco y Cebrián, personajes que hay que situar en la órbita de Felipe González, al que tampoco trató nunca como éste hubiera querido, sino que hizo que el peso que aun tenía en el partido disminuyera considerablemente.
Eligió para sus confidencias a Pedro J. Ramírez, tan alejado de Felipe González, dando la espalda a El País.
Tanto Felipe González como Juan Luis Cebrián son rencorosos. Pedro J. Ramírez, por su parte, jamás perdonó a Camps que hubiera dado vida a Rajoy y le dedicó tres demoledoras y certeras Cartas Dominicales. Añado, sin que venga a cuento, que un columnista de El Mundo dedicado a defender Camps ha criticado repetidamente la infinidad de portadas de El País en contra suya, pero siempre omite esas Cartas publicadas en tres domingos seguidos, que hicieron más daño que las portadas, porque todo lo que decían era cierto.
Digo todo esto para que se vea cómo se las gasta esta gente, que además conserva muchas amistades situadas en puestos clave y dispone de abundantes fuentes de información.
Aunque el artículo lo haya escrito uno, y no necesitaba de nadie más para ello, también es plausible la idea de que haya recibido alguna ayuda o empujón. Las actividades de Zapatero reseñadas en dicho artículo, también podrían llevarle a alguna cárcel española.
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