Es irrelevante lo que puede hacer España en el caso de lo que se ha dado en llamar cambio climático, muchas menos posibilidades de influir tienen los españoles. Cuestión distinta es que Sánchez sea un fantasma presumido y con alguna deficiencia mental, y haya decidido gastarse el dinero de los pobres en este asunto.
Digo que está mal de la cabeza, entre otras cosas, porque en vista de que Biden no le recibe le ha pedido audiencia a Greta Thumberg. Lo que puede salir de esa reunión en muy peligroso para todos.
En lo que respecta a España conviene recordar que fueron Felipe González y Alfonso Guerra, esos dos botarates tan sobrevalorados, quienes decidieron, por iniciativa propia, o porque se lo mandó alguien de Alemania, cerrar las centrales nucleares. Paralelamente, esos mismos dos, optaron por firmar un contrato de gas con Argelia, a pesar que este país tiene un gobierno comunista, con lo cual no es de fiar, y se lleva mal con Marruecos, cuyo gobierno tampoco es de fiar.
La consecuencia es que con la energía nuclear, a la que no habrá más remedio que volver, España contaminaría aún menos de lo que lo hace, que es muy poco, y la luz sería mucho más barata. La realidad es que el gas de Argelia no va a llegar, no tenemos la energía nuclear que deberíamos, y ‘gozamos’ de un presidente que es un fantoche, que derrocha un dinero que no es suyo, sino de los españoles.
Pueden hacerles unos altares todo lo grandes que quieran a Alfonso Guerra y Felipe González, el chef y el camarero, pero sepan que la mayoría de las desgracias de España en el periodo democrático tienen su origen ellos y que tanto Zapatero como Sánchez pueden considerarse obra suya. Hay que considerar a Sánchez como un Zapatero perfeccionado en el campo de la incompetencia.
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