Hubo un odonero que dio un odoncito que luego se convirtió en Odón, que en la actualidad está en boca de todos, sin que nadie lo haya relacionado jamás con el valor, esa cualidad que para algunos filósofos es fundamental.
Odón se ha convertido en el símbolo del sanchismo, un deshonor donde los haya, de la rendición del Estado frente a ETA, pero no, esto no es posible. El gobierno no es el Estado. Ni aunque estuviera apoyado por el PP lo sería. El Estado lo componemos los españoles, y entre ellos estoy yo, que jamás olvidaré las cobardes acciones de los etarras. Siempre a traición, siempre cogiendo desprevenida a la víctima y sin posibilidad de defenderse. ¿Cómo olvidar las acciones de los etarras? Sus víctimas no tenían ninguna culpa. Si al PSOE le conviene que nos olvidemos de eso, que sepa que no tiene ninguna posibilidad. Yo no me voy a olvidar. Es posible que algunos socialistas familiares de víctimas del terrorismo o víctimas ellos mismos sí quieran olvidar, pero eso a mí no me obliga. Cualquier persona que tenga conciencia ha de estar siempre de parte de las víctimas inocentes.
ETA ha hecho mucho mal a los españoles, ha condicionado la política de todos los gobiernos de la democracia y ha envilecido a buena parte de la población más de lo que lo hubiera podido hacer cualquier dictadura. Se percibe claramente en esos que están a favor del crimen y en contra de la policía.
ETA ha conseguido humillarnos a los españoles cada vez que el gobierno de turno ha negociado con la banda, concesiones aparte, o ha utilizado el juego sucio para combatirla, poniéndose a su misma altura.
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