El anterior Rey jamás debió irse y nunca se le debieron retirar los honores, puesto que al contrario que otros, los componentes del actual gobierno sin ir más lejos, que están hundiendo a España en la miseria y llenándola de oprobio, prestó grandes servicios a nuestro país. Si se hace balance el saldo a su favor es francamente favorable.
Tenemos un gobierno en el que una parte muy significativa tiene el firme propósito de hacer todo el daño que pueda a España, y su estrategia consiste principalmente en desacreditar a la Casa Real, que, como se viene demostrando día a día, es la más firme defensora de la dignidad de los españoles, de la fe en la razón y la justicia, del triunfo de la ley sobre las veleidades totalitarias. Estos ministros degenerados se han dado de bruces con la realidad, puesto que Felipe VI es mucho más inteligente y noble que ellos.
La otra parte del gobierno es capaz de cualquier cosa con tal de conservar sus cargos y prebendas. Ni ellos tienen vergüenza, ni los españoles que les apoyan con sus votos tampoco. La decadencia de España será imparable si esta especie social tan miserable sigue creciendo.
Rajoy va explicando que si hubiera seguido siendo el presidente, Juan Carlos I no se habría ido de España. Esto no sirve para catalogarlo como excepcional, a Rajoy, porque valiente no ha sido nunca. Valientes fueron Gutiérrez Mellado y Suárez y ahora lo es Ayuso. Lo que afirma Rajoy sirve para poner en evidencia al actual gobierno, cuyo presidente no sólo se ha rodeado de los tipos más inútiles que ha podido encontrar en el solar patrio, sino que además se ha atrevido a nombrar primero ministra y luego fiscal general a Lola, gracias a la cual sabemos que Marlasca es maricón.
Para ser buena persona es indispensable la generosidad. No hay nadie en este gobierno que pueda presumir de ello.
¡Viva el Rey!
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