Hay una hipótesis sobre la entrega del Sáhara a Marruecos, por parte de Sánchez, según el cual se trata de un acuerdo entre España Argelia, Marruecos, la UE y EEUU, que, en principio despierta serias dudas; en primer lugar, porque se ha hecho como si se tratara de un regalo personal de Sánchez a Mohamed VI, y en segundo porque cuesta imaginar que este gobierno sea capaz de hacer algo que beneficie a los españoles, más allá de colocar en chiringuitos e instituciones oficiales a familiares y amigos.
Además, la contemplación del ministrito de Asuntos Exteriores, junto con sus hechos, lleva a recordar aquella canción que se titulaba, si no recuerdo mal ‘Quisiera ser tan alta como la luna’. Es difícil imaginarlo en algo tan complejo y al mismo tiempo de tanto riesgo.
Pero ha sido la aparición de Iceta, otro que tal baila, dando a conocer esa misma hipótesis, y pasando por alto que Sánchez lo ha hecho por su cuenta y riesgo, al margen del Estado, cuando queda claro, o al menos adquiere la condición de probable que se trata de un bulo, de una cortina de humo para disimular el atropello.
España tiene la obligación moral de defender los derechos del pueblo saharaui. Ahora bien, carece totalmente de fuerza, dada su irrelevancia internacional, fruto de la majadería de Zapatero y Sánchez, para poderlo hacer.
Aparte de que en cualquier caso es una batalla perdida, ya que al igual que muchos olfatearon la próxima muerte de Franco e intentaron procurarse el estatus de represaliados, haciéndose encarcelar por delitos menores o ser despedidos de sus trabajos por desafectos al régimen, Hassán II también vislumbró lo mismo y preparó la marcha verde, que al llevarse a cabo pilló a contrapié al gobierno español, que no pudo reaccionar, porque no tenía nada preparado, por no haberlo previsto.
Desde entonces, ninguno de los sucesivos gobiernos españoles ha hecho nada para reconducir la situación, sino que se han ido dejando ganar terreno, hasta esta última acción de Sánchez, absolutamente vergonzosa para España. Como todo lo que hace él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario