Hay hipótesis muy alambicadas sobre unos supuestos planes ocultos que justificarían la cobarde entrega del Sáhara al sátrapa marroquí. Pero esos planes caben en la cabeza de quienes los formulan, pero no en las de este gobierno tan inútil e incompetente.
Un ministro dijo: hemos ‘preoponido’, una ministra que derrocha millones y siempre muestra el gesto de rabia: hemos ‘describido’. El ministrito de Exteriores parece querer ser alguien. Es difícil imaginar que esta gente sea capaz de hacer algo más allá de disfrutar de la vida, sin importarles que sea a costa del pueblo español, y sin ser capaz de vislumbrar apenas las consecuencias de sus actos.
Se ha visto a Marlasca, tan querido antaño, enterrar su prestigio para agradar al jefe. Esmerarse en protegerlo cerrando las calles, situando a los policías, suplicarle con la mirada un gesto de simpatía, mientras él pasaba por su lado sin verlo, ajeno a su presencia. Hemos visto a los ministros aplaudir a Sánchez, todos a una, cuando éste venía de fracasar en no sé dónde.
La respuesta más sencilla es el afán de Albares por agradar al presidente, sucumbiendo al vicio de la adulación. Lo ve cariacontecido, porque Biden no le hace caso, porque no pinta nada en ninguna parte, y se le ha ocurrido la gran idea. Escribir una carta cutre, para que el Doctor Plagio se la mande al marroquí, a ver si con ello Macron le hace caso, Biden lo saluda con la mano desde lejos, etcétera.
Está por ver que España gane algo con eso, más allá de que algunos españoles hayan podido comprobar que siguen teniendo vergüenza, que no la han perdido, como otros.
Los sucesivos gobiernos no han sabido defender los intereses de los españoles frente a ETA, frente a Francia, frente a Marruecos, frente, pero el actual no es que no los defienda., es que los vende.
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