sábado, 26 de marzo de 2022

La vida de Putin corre peligro

 

Es de suponer que antes de invadir Ucrania reforzó su control sobre el Kremlin. Si se tiene en cuenta su paranoia, la suposición se convierte en certeza. Por fuerza ha de ser consciente de que si no consigue la victoria su muerte está cantada. De hecho, está muy nervioso y profiere amenazas y bravatas sin cesar. No le está saliendo el plan como quería.

Aunque abundan quienes dan por hecho que va a conquistar Ucrania, los países libres no pueden permitir que lo logre. Quienes más han estudiado a Putin, que son los habitantes de los países fronterizos, que se sienten todos ellos amenazados, y especialmente Zelenski y los ucranianos, que son los agredidos, piensan que no se va a detener en Ucrania, que sus planes son mucho más ambiciosos. Y si no lo son todavía, lo serían luego.

Lo que ha hecho Putin tampoco puede ser del gusto de China, aunque los dirigentes de este país disimulen, porque tampoco pueden ponerse abiertamente en contra del que hipotéticamente sería su aliado natural. Los comunistas no lo entenderían. Pero el quebranto económico que les ha producido, junto con la pérdida de prestigio del comunismo no les tiene que haber sentado bien.

Putin tiene la posibilidad de pulsar el botón nuclear, pero sabe que si lo hace morirá él también. Mientras crea que puede ganar la guerra, se abstendrá de hacerlo. Cuestión distinta es lo que piensen sus demás compañeros del Kremlin, a los que no se les tiene que escapar que Rusia ya ha perdido más de lo que pretendía ganar con la invasión. Y sabrán también que en el futuro será peor y seguramente también temen que Putin en un arranque apriete el botón nuclear.

¿Cómo harán para salir del atolladero? ¿Qué tipo de cálculos harán sobre lo que puede ocurrir? ¿Tendrán en cuenta que una de las posibilidades es que sean juzgados por un tribunal de justicia internacional?

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