Si la Constitución nació con defectos graves fue, principalmente, por culpa del PSOE. Y si actualmente estamos a punto de quedarnos sin democracia es por culpa del PSOE.
Veamos. Adolfo Suárez hizo una labor extraordinaria, que seguramente nadie más, al menos de la clase política del momento, hubiera llevar a cabo de forma tan satisfactoria, y lo hizo con gran coste personal y asumiendo grandes riesgos, para convertir la dictadura en un Estado democrático. Luego se jugó la vida por defender la democracia.
Establecida ésta, había que hacer una Constitución. Dicen, alabando su gestación, que todos cedieron un poco. No era ese el caso. Felipe González jamás supo entender la cuestión, por falta de nobleza de espíritu y porque traía sus propios designios. Entre el franquismo y el posterior felipismo no hay tanta diferencia. La misma ocupación de las instituciones se dio en ambos casos.
Desmantelado el régimen anterior, al PSOE se le ofreció, partiendo de cero, establecer unas reglas de juego nuevas para regir la vida de los españoles.
No se trataba, pues, de ceder nada, sino de redactar una Constitución en torno a unos ideales elevados. Afán de justicia, defensa de las libertades individuales, espíritu de colaboración, podrían haber servido.
No había que renunciar a nada, sino reconocer, implícitamente, los errores de todos que habían desembocado en la dictadura.
Si Felipe González hubiera ido con buena intención y hubiera colaborado en este fin con Adolfo Suárez, no habría resultado que unos españoles tuvieran ventaja sobre otros, a pesar de que en uno de sus artículos proclama que todos los españoles son iguales ante la ley. Luego resulta que unos tienen fueros y que otros tienen ventajas electorales que han aprovechado al máximo.
Al redactar la Ley Suprema, que debió ser hecha con vistas al futuro, se miró hacia atrás, de lo cual resultaron anacronismos y diferencias entre los españoles.
Aunque en aquel PSOE hubo socialistas y votantes socialistas muy limpios y nobles, éstos nunca influyeron en las jerarquías del partido, que tan pronto como pudo tomó el control de todas las instituciones y organismos que pudo.
Esos libros míos
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