Con tal de hacer la pelota pierden los papeles y también las formas. Esto es el PSOE, y ojalá no fuera así, sino un partido serio.
En los primeros tiempos, cuando fue renovado por Felipe González, el que se movía no salía en la foto. En la actualidad se ha ido más lejos, quien chista ha de cantar inmediatamente la palinodia.
En España llevamos mucho tiempo, más de un siglo por lo menos, no es necesario precisar la fecha, admirando las democracias circundantes y queriendo vivir bajo el mismo régimen político. Poca gente, en cambio, ha intentado averiguar en qué consiste la democracia y pensar que para tenerla es imprescindible que haya una mayoría de demócratas entre la población. Y ya se va viendo que cada cual, entre amplios sectores, interpreta la democracia a su manera. Sin ir más lejos, la Delegada del Gobierno en Madrid. ¿Cómo es posible que le hayan dado un cargo democrático sin tener ni idea de lo que es la democracia? Pero no sólo ella. Entre los diputados también se da la ignorancia.
Bien, pues veamos la diferencia entre una dictadura surgida de una guerra que no debió haberse producido jamás, y en la que el PSOE tuvo gran parte de culpa, y una dictadura buscada y disfrazada de democracia.
En un sistema democrático las leyes surgen del pueblo a través de sus representantes, de modo que su cumplimiento es fundamental. Y para garantizar que esto sea así, los jueces y los fiscales han de ser independiente. La Constitución les otorgó a los jueces una independencia si no total, si homologable con la de otras democracias, y fue el PSOE quien se la arrebató. Pero no sólo quiso tener a los jueces bajo control, sino a toda la sociedad, aunque esto pasó desapercibido entonces. Puesto que el actual presidente del gobierno es mucho menos hábil que aquel, sus ansias dictatoriales se notan mucho.
Esos libros míos
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