miércoles, 7 de diciembre de 2022

Leguina, Franco, Santa Teresa

 

El conocido botarate que en su momento afirmó que la corrupción se combate ‘preveyéndola’ y posteriormente ha presumido de que pasará a la historia, entre otras cosas, ¡ojo al dato! Como decía butanito, por haber cambiado unos huesos de sitio, hazaña que ni el Cid Campeador se habría atrevido a hacer, no se da cuenta de que está reproduciendo los modos del franquismo.

A Santa Teresa la quisieron mandar a la hoguera por atreverse a pensar siendo mujer. A Leguina lo han expulsado del partido por atreverse a pensar siendo socialista (también le abrieron expediente al chiquito Redondo Terreros, que pronto cantó la palinodia; Y luego, incontinente, / caló el chapeo, requirió la espada, /
miró al soslayo, fuese, y no hubo nada).
Se conoce que fuera del PSOE hace mucho frío.

Aquellos ilusos de antaño, y un punto prepotentes en ello, todo hay que decirlo, que pensaban que ser socialista era sinónimo de ser demócrata, tendrán que darse cuenta, si tienen ojos en la cara, de que no. El PSOE nunca ha defendido las libertades individuales, aunque se las haya consentido a dos o tres como mucho, porque llamarlos al orden le salía más caro que mirar hacia otra parte y disimular. Algo que el melón que actualmente manda en el partido no ha sabido calibrar.

Sánchez, con su Memoria ‘histérica’, con su descarado intento, sin subterfugios como los que usaba el autodenominado jarrón chino, de tener bajo control a los jueces y a los fiscales, con el citado cambio de sitio de los huesos, está desmontando, al demostrar que no tienen sentido, todos esos anhelos que, de forma callada, tenían muchos los socialistas y les hacían creerse superiores moralmente a sus rivales de la derecha. A partir de Sánchez ya no pueden sentir vergüenza y además callar y obedecer, no vaya a ser que encima tengan que pasar hambre.

Esos libros míos


 

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