miércoles, 28 de diciembre de 2022

Y eso que los piropos están prohibidos

 

De pronto, una persona cuya existencia me era desconocida, parapetada tras un pseudónimo, me echa unos cuantos piropos, pero no sólo a mí, sino también a una figura institucional:

«Darth Darth Binks @Veo1Pringa0 7h

En respuesta a @VicenteTorres y @iBarbarellah

Bendición sería no tener monarquía. Y ya de paso, tampoco ilusos que idolatran acrítica e irracionalmente una institución medieval caducada, casposa y corrupta».

Este lenguaje y estas ‘ideas’, llamémosles ideas para entendernos, son habituales entre los componentes del gobierno, y los socialistas los han venido apoyando o soportando sin demasiado, hasta que últimamente se han percatado de que la dirección no es buena y viene catástrofe.

Por mi parte, prefiero los modales que han venido imperando hasta la llegada de Sánchez al gobierno, y que en algunos casos, como es el del Rey, llegan a la excelencia. Los del presidente, de cuya salud mental dudan algunos, yo no, dejan mucho que desear. No se ha esmerado nada en mejorarlos, y eso cabe achacarlo a que no está en sus cabales y a que su agudeza mental no es mucha. Que haya dicho que pasará a la historia, entre otras cosas, por haber cambiado unos huesos de sitio es indicio claro de que en el lugar que debía estar el seso no hay nada. Si tuviera un poco de talento… No es necesario mucho para darse cuenta. Un problema en el que tampoco ha caído es que si consiguiera instaurar una dictadura, para lo cual necesita derrocar al Rey, duraría muy poco en el cargo. Alguno de sus socios se lo quitaría de en medio. Le falta talento y también valor para dominar a todos los aspirantes a arrebatarle el poder. En su ingenuidad piensa que podría durar como dictador hasta su muerte. Como lo único que sabe hacer es mentir y plagiar, no ha caído en la cuenta de cómo funcionan las cosas. Desaparecidos los diques de la democracia, se lo llevaría la corriente.

Esos libros míos

 

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