Hay que partir de la base de que este gobierno presidido por el Felón y entre cuyas vicepresidencias hay un sujeto que guarda tarjetas de memoria del móvil de una señora, sin que ella lo sepa, dice que para protegerla, de feminista no puede tener más que la propaganda.
Todas las mujeres que hay en el entorno de esos dos están claramente supeditadas a ellos. Su comportamiento con ellos podría catalogarse como propio del Islam.
En lo que respecta a la política exterior de España, la realidad en este campo España ha tenido ministros muy buenos, pero otros han sido pésimos y entre éstos está la ministra actual, que está abocada a convertirse en la peor y no sólo del periodo democrático, sino de todos los tiempos, sin que pueda hacer nada más por evitarlo que distraer la atención con chorradas como la de pregonar ‘Una Política Exterior Feminista’, como si todo el mundo estuviera dispuesto a dejarse tomar el pelo. En la política exterior se impone el pragmatismo. Si consideramos al feminismo como lucha por la justicia -y no hay otro modo de entenderlo-, algo que ni en sueños se le puede suponer a este gobierno, conviene recordar lo les dijo el Alto Representante de la ONU a los saharauis: Ustedes tienen la razón, pero carecen de fuerza para hacerla valer. Lo mismo que me ocurre a mí con este gobierno. Las cosas son como son y no como los sinvergüenzas nos quieren hacer que son.
Volviendo a lo mollar: Al estar Podemos en el gobierno imponiendo su ley, el ministerio de Exteriores está abocado al fracaso. Hablar de feminismo cuando por ahí Delcy y sus maletas, Ábalos y sus líos, Maduro, que parece un ministro más de España, como si no hubiera bastantes, la ministra de lo Mismo Da, y la señora de Cabra autora del ‘No bonita’, presumir de feminismo es de un descaro irrepetible.
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