miércoles, 17 de marzo de 2021

Entre Gabilondo e Iglesias

 

Aquellos madrileños cuyo sectarismo les impida votar lo que más les conviene, es decir, a favor de la creación de empleo y del descenso del número de contagiados, deberían optar por el menor de los dos males que se les ofrecen.

El nivel cultural de Gabilondo es superior tanto al de Sánchez como al de Iglesias, aunque al primero de ellos no se lo pueda decir por la cuenta que le trae, y ese es un dato nefasto, porque el sometimiento a alguien de las características del Felón no augura nada bueno. Pero en modo alguno se le pueden atribuir a Gabilondo tan malas intenciones como a su rival en la izquierda. Si alcanzara la presidencia de la Comunidad de Madrid, su gestión sería tan nefasta como la del gobierno. Más paro, más contagios, más falta de libertad.

Ahora bien, como la presidencia la alcanzara Iglesias eso sería señal de que las tendencias autodestructivas, tan patentes en Cataluña y otros lugares de España, han contagiado a los madrileños. Esperemos que no sea así.

Ojalá la mayoría de los madrileños se den cuenta de que con Iglesias en las instituciones el miedo está garantizado. Miedo a todo. No hay más que fijarse en su desprecio a las instituciones, a las que debería servir, pues al tomar posesión de su cargo se comprometió a hacerlo y no ha renunciado ni a un céntimo de lo que viene cobrando por no hacer lo que debería. Aunque, bien mirado, esa suerte hemos tenido los españoles, porque si en lugar de ver series se hubiera puesto a trabajar el daño que habría hecho sería irremediable.

El discurso que hizo en sede gubernamental, en lugar de la de su partido, y del cual sólo conozco algunas frases que he leído, da idea de la destroza que es capaz de hacer, del temor que es capaz de infundir, no sólo ya a las gentes de derechas, sino también, o sobre todo, a las de izquierdas que no se sometan a sus dictados.

Ojalá los madrileños, mayoritariamente, opten por la civilización y recuerden que ésta no tiene nada que ver con el comunismo.

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