Es cierto que el narcisismo hoy está en boga y se da hasta en personas que, por haber vivido en los tiempos duros de la guerra incivil, parecían inmunes a esta lacra, pero entre ese numeroso grupo de narcisistas, en el que no estoy seguro de que se pueda incluir a Ayuso, quien destaca sobre todos es Sánchez, El Niño de los Espejos, sin duda. Su caso es patológico.
Lo explicó hace tiempo un psiquiatra, fundamentando convenientemente su diagnóstico. Un portal de esos que se dedican a desmentir los bulos que quieren, sólo los que quieren, y que a veces mete la pata, quiso desmentir la opinión de este profesional de la psiquiatría, con el peregrino argumento de que no lo ha visitado personalmente.
El narcisismo de Sánchez es patente, no tiene ojos para que para sí mismo, y el resto del mundo no le importa nada. Con tal de ser presidente, aunque luego resulta que no sabe gestionar nada, porque no tiene bastantes luces y porque necesita todo el tiempo a contemplarse, se ha aliado con los comunistas, a pesar de que el comunismo fue condenado por la UE, también ha conseguido el apoyo de los delincuentes catalanistas y de terroristas como Otegui. Todo eso también demuestra su insania, porque podría haber evitado todas esas alianzas nocivas para los ciudadanos procurándose el apoyo del PP, lo cuál le resultó imposible porque está dominado por el odio.
Un personaje así debería haber sido inhabilitado por su partido, por su patente incapacidad para ejercer cualquier cometido político. Y a la vista está el desastre hacia el que encamina a España.
Lo que diga de Ayuso no puede ser tenido en cuenta por muchas razones: ella es del PP, por lo cual la odia; gobierna la Autonomía que más le apetece conseguir y gestiona todo muchísimo mejor que el propio gobierno, con lo cual, además de odio, le tiene celos y envidia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario