jueves, 4 de marzo de 2021

Lo de Armengol

 

La desgracia para España fue que el PSOE, ya en los tiempos de Felipe González, se dejara colonizar culturalmente por el nacionalismo.

El PSOE perdió su espíritu con ello. Ese sueño honrado y de gran altura espiritual quedó en el espíritu de nos pocos, como fue el caso de Joseba Pagazaurtundúa. Precisamente por eso lo mataron. Primero lo devolvieron a Andoáin, para ver si el terror, la certeza de que si perseveraba lo asesinarían, y decidiera convertirse en un cantamañanas, como Odón, Pachi, Jesús…

El PSOE contagió su nacionalismo a todos los demás partidos. Ninguno de los que hay hoy en liza, deja de serlo. Tampoco el PP, y Feijóo, con sus burradas, lo demuestra.

El nacionalismo es destructivo. No es necesario explicarlo, está a la vista, bandas terroristas que ha generado al margen. El nacionalismo ha hecho mal a España en todos los órdenes.

Armengol, una que se dice socialista, pero es nacionalista, tiene el ejemplo de Cataluña. Esta región que era las más rica de España y que, con la ayuda de todos los españoles, habría podido llegar a ser la más rica de Europa está en franco e irreversible declive por culpa del nacionalismo.

Armengol podía haber optado por el ideal socialista y haber procurado lo mejor para las Islas Baleares y España, pero ha preferido el nacionalismo, que no tiene ningún respeto por las personas, y se ha puesto a destruir. Al pretender imponer el engendro de Pompeyo Fabra, compromete el bienestar, actual y futuro, de sus administrados. Ahora le ha dado, además, por expropiar viviendas, sembrando así la zozobra entre quienes hayan invertido sus ahorros en la compra de inmuebles y también entre los constructores.

La ruina acecha a estas islas que de ser la región más cosmopolita de
España, de la mano de estos nacionalistas camuflados, quiere volver a los años cincuenta del siglo pasado, cuando todo era tan oscuro.
 

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