viernes, 24 de septiembre de 2021

Han pillado al Mocho

 

Lo han hecho un día antes de la Virgen de la Merced, pero ha ocurrido en una isla en la que la religión y la superstición lo inundan todo. O sea, que algo puede salir mal. El veredicto popular habla de desconfianza total. Y es que estamos en manos de tahúres.

Nadie cree que haya sido fortuito, sino que tiene que haber sido algo calculado. ¿De quién habrá sido la idea? ¿Del Felón? Obviamente de él no, pensar que pueda tener una idea da risa. Sería de su entorno, tan numeroso y que tan caro nos cuesta. Pero también de alguien del partido del Mocho, porque piense que ERC ha tomado la delantera y pretenda dar un golpe de efecto. O que el propio Mocho tenga miedo de que se le acabe el chollo de Waterloo y quiera aprovechar la presidencia del Felón para salirse de rositas. O puede deberse a un plan del beato Junqueras, para redondear la jugada.

El caso es que nadie se fía de esos. Ese es el prestigio que han logrado como políticos, que todo el mundo los tenga por sinvergüenzas y farsantes.

El lado más lamentable de esta historia es la constatación de que la UE, esa necesidad perentoria, está herida de muerte. Los gobiernos y los intelectuales de los países que la componen no han fomentado el europeísmo. Dos de las naciones que la componen, Bélgica y Alemania, se negaron a entregar al prófugo, en claro quebranto de la tan necesaria confianza mutua. Es posible que Italia siga el mismo y también ofenda a los tribunales de Justicia españoles, tan pulcros y benévolos en este caso. Pero si no lo hace y cumple con su obligación, el propio gobierno español puede traicionar luego a los ciudadanos, como ha hecho ya tantas veces, y soltarlo en el caso de que sea condenado, generando un agravio comparativo con otros delincuentes.

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