En los tiempos de los sobrevalorados Felipe González y Alfonso Guerra, y con el apoyo de los acomplejados de la derecha, los votantes socialistas esgrimían superioridad moral y cultural y miraban de modo displicente a los de derechas.
Con Zapatero tuvieron que esforzarse para poder mantener la misma actitud. Se apoyaban en la tirria que les generaba Aznar, un tipo que hizo mucho mal, pero también algo de bien, y su capacidad de fabular: el Zapatero de la primera legislatura…, alegaban, pero el propio Zapatero se ha encargado de demostrar que es canalla desde siempre. No hay más. Ha dejado en ridículo a quienes lo defendían.
En aquellos tiempos primeros de la democracia, había incluso comunistas que paseaban muy serios su dignidad, convencidos de que tenían la fórmula para acabar con los males del mundo. Los comunistas de hoy ya son puro cinismo, maldad indisimulada.
Venía diciendo que los socialistas aún mantenían el tipo con Zapatero, aún esgrimían superioridad moral. Inspiraban ternura con sus intentos, pero no se daban cuenta de ello. Hoy, con el Felón, todo eso se ha acabado. Ya es sectarismo puro y duro lo que esgrimen, y habilidad con el juego sucio. No les importa actualmente que se les encuadre de forma genérica con las izquierdas y se mezclan con gentuza de toda laya. Se alinean con los suyos sea cual la situación. Esta es ya la izquierda banal. La superioridad moral ya la regalan a la derecha. Ellos, a pistón fijo con los suyos.
Hacen un homenaje a un maldito etarra. Un partido político hace un acto en solidaridad con las víctimas. Unos seres degenerados les lanzan de todo, hasta una llave inglesa. Pues las gentes de izquierdas dicen que la llave inglesa se la ha sacado del bolsillo uno de los agredidos. ¿Cómo pueden decir eso? Los que homenajean a los etarras son capaces de cualquier atrocidad, siempre de modo cobarde. Se echa de menos la dignidad los votantes socialistas.
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