Es la pregunta que se hacen las gentes honradas. ¡Madre mía, si lo suyo llega a ser de Rita Barberá o alguien de la derecha! Pero no, es Mónica Oltra y las hordas la respetan. Si existe el infierno -no se fíen del papa que dijo que no; si existe Podemos, si existe Compromís, también ha de existir el infierno- quienes acosaron a Rita Barberá, y lo hicieron incluso y de forma masiva frente a su casa, lo pasarán muy mal. Hay que comparar cómo se trató a la que probablemente fue de entre todos los alcaldes de la ciudad la que más quiso a Valencia con el trato que se da a los etarras que salen de la cárcel tras haber cumplido condena.
Critiqué mucho a Rita Barberá mientras fue alcaldesa, porque no hay nadie perfecto y hay que ponerle límites al poder. Cuando dejó de serlo ya no. Y reconocer su amor a la ciudad es de justicia. La izquierda española ha perdido el rumbo. Hay izquierdistas muy honrados, muy limpios, que no deben de estar muy conformes con lo que ven, pero no se ve que den un puñetazo en la mesa y digan ‘hasta aquí hemos llegado’.
Mónica Oltra no va a dimitir nunca, bajo ningún concepto. Tiene la cara tan dura como el que más. Tampoco Puig la va a destituir. La falla San Vicente - Periodista Azzati – Padilla explicó gráficamente el estado de la cuestión https://t.co/GTO7fnFNhU?amp=1
Dirán que es lo que un artista fallero opina sobre la relación entre ambos catalanistas, pero la realidad viene a confirmar una y otra vez que esta falla dio en el clavo y que esos dos, Puig y Oltra, tanto monta, monta tanto, son unos sinvergüenzas. La situación de los dos, desde el punto de vista moral, es insostenible, pero a ellos la moral les importa un bledo. Y parece que a los votantes valencianos también.
Nos vamos a pique.
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