Dijo que antes pactaría con el partido de Ortega Lara que con el de los que pactan con quienes lo secuestraron. Sin embargo, parece ser que Casado, al mostrar de modo tan nítido su pueril aversión a VOX, lo que hace es alimentar a este partido. Si pacta con el PSOE el gobierno de CyL me atrevo a pronosticar que en adelante Abascal conseguirá más votos que Casado.
De momento, el presidente de Andalucía ya sabe que si adelanta las elecciones, como estaba previsto, lo que conseguirá será aumentar la presencia de VOX en el Parlamento andaluz. Con Ayuso, VOX baja; con los demás, VOX sube.
Peor están las cosas por la izquierda. El mamarracho alfa de la extrema izquierda dice cosas sin sentido de la ultraderecha, etiqueta que le cuelga de forma maliciosa al partido que no es. Habría que preguntarle a este elemento, que a veces se disfraza de buitre negro cariacontecido, qué es lo que entiende por democracia y por qué cuelga etiquetas caprichosamente, pero le molesta que se las pongan a él.
Por su parte, Sánchez ya debería haberse dado cuenta de que no lo tragan. No le ocurre como a Ayuso, que por donde va es aplaudida y vitoreada. Por donde pasa él hay que desalojar las calles y cerrarlas al público para que pueda pasar, algo que hace Marlasca con mucha eficacia. En su narcisismo, es probable que Sánchez piense que si cierran las calles es para que no se lo coman a besos.
No cesa de repetir que la legislatura no termina hasta 2023 y que en ese año ha de presidir la UE. Pero no, la legislatura termina ese año, pero él no llegará como presidente. Lo echarán a patadas de la Moncloa, Ayuso o Abascal, o los dos a la vez.
Lo de ‘a patadas’ hay que entenderlo de forma metafórica. Un tipo con el que las gentes de la ETA están conformes no merece estar en la Moncloa.
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