domingo, 13 de febrero de 2022

El fenómeno desokupa

 

Andan los sinvergüenzas, entre los que se encuentran los buitres cariacontecidos, intentando criminalizar a los desokupas, criticando cualquier cosa que hagan y seguramente inventándose cosas que no hacen. Olvidan, malevolamente, que el foco hay que ponerlo en el lado contrario, en el de los okupas, movimiento tan corrosivo como el que más.

Interpretan estos pájaros de cuenta la Constitución a su antojo. Todo el mundo tiene derecho a una vivienda, sí, pero eso no significa que se la tengan que regalar. Hay que conseguirla con el propio esfuerzo y para que el mayor número de personas tenga la opción de intentarlo es absolutamente necesario que la clase política, y sobre todo la que conforma el gobierno, sea competente, lo cual no suele ocurrir, y cuando manda la izquierda, de donde proceden los que fomentan el movimiento okupa, menos. Los políticos de izquierdas suelen dilapidar el dinero de los pobres para procurarse honores y placeres fatuos. Si todo ese dinero que malgastan estuviera en el mercado habría más gente en condiciones de procurarse una vivienda.

Estos tipos, y tipas, siempre tienen a Franco como comodín, pero no hacen ningún esfuerzo para demostrar que son mejores personas que él, o menos malos. Pero, veamos: El franquismo no permitía que nadie ocupara sin permiso la vivienda que alguien había comprado con su dinero, pero era consciente de que había gente con dificultades para conseguirla y para paliar eso hacía viviendas sociales. Eso no lo hace el gobierno ‘demócrata’ de Venezuela, ni tampoco el español.

También durante el franquismo proliferaron las cajas de ahorros, que tenían sucursales en los pueblos más remotos y aislados. Bajo el gobierno de Zapatero, actualmente mayordomo de Maduro, o eso parece, desaparecieron casi todas, y el ‘casi’ que ha quedado a lo mejor es tramposo, porque las que lograron resistir fue porque recibieron ayudas.

Es decir, hay unos sinvergüenzas dispuestos a hundir la economía española y el movimiento okupa es una de sus propuestas más peligrosas.

Ojalá que las gentes de izquierda razonables reaccionen.

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