martes, 1 de febrero de 2022

La Clave de José Luis Balbín

 

Hace unas pocas semanas intenté localizar un programa de La Clave de los que vi en su día y que me interesaba volver a ver. Pensaba que lo conseguiría fácilmente y resultó ser que no.

Esto es un abuso total. Yo contribuyo con mis impuestos a mantener una serie de televisiones sobre las que no tengo ningún interés. De hecho, cuando cerraron la televisión valenciana me alegré al pensar que el dinero que nos costaba tendría mejor destino, pero luego ganaron las elecciones los catalanistas, que quieren la ruina de los valencianos, y la volvieron a abrir. Por supuesto que tampoco la veo, pero sí toda la publicidad que despliega, también a cargo del erario.

En España hay más televisiones de las que los sufridos contribuyentes nos podemos permitir. Ninguna de esas televisiones está al servicio de los ciudadanos, sino que todas intentan adoctrinarlos, con éxito en muchos casos, lo cual puede considerarse como corrupción de la peor.

La cuestión es la siguiente: La Clave se hizo en su totalidad con el dinero de los contribuyentes, motivo por el cual todos los programas emitidos deberían estar a disposición del público. Y no es así. He sido informado de que cuando se accedido a dar algún programa ha sido previo pago, lo cual es inadmisible e intolerable.

Pero se entiende que los que están actualmente en el poder -Somos la izquierda-, pero también la extrema izquierda, o los terroristas, o los golpistas, necesitan ingentes cantidades de dinero para sufragar sus lujos. Ellos son muchos y a todos les gusta vivir de gorra, a costa de las espaldas de los autónomos, de los trabajadores, de los pensionistas, de los damnificados por los volcanes.

Si esos que dicen somos la izquierda y tuvieron el rostro de decirle a Rajoy que no es decente, fueran decentes y tuvieran vergüenza se comportarían como demócratas, darían a los ciudadanos lo que es de los ciudadanos y procurarían no gastar ni un céntimo de más.

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