La noticia es esta: «Ánder Gil recomienda a Batet poner a ‘recaudo’ los ordenadores para evitar los ‘martillazos’ del PP». La broma tendría gracia dicha por otra persona en otro contexto, pero que alguien del PSOE, con un cargo tan relevante en la nación haga bromitas con la corrupción del PP es de un cinismo espectacular. Como si su partido estuviera limpio de polvo y paja, como si no hubiera protagonizado un episodio tras otro de corrupción.
El caso tampoco se presta a hacer chistes y menos por parte de alguien de este partido, puesto que lo fundamental aquí es que la actuación de Batet fue un ataque frontal a la democracia, un pucherazo digno de Maduro. Es decir que lo que debería haber hecho si fuera una persona cabal, lo cual, evidentemente no es el caso, es reprocharle su actuación a su compañera de partido. Pero ya se ve que Sánchez sabe elegirlos bien. Tiene un ojo certero para ello: El Astronauta y Marlasca, por ejemplo, eran queridos y admirados, pero Su Sanchidad supo darse cuenta de que no eran lo que parecían, motivo por el cual los hizo ministros. De uno de ellos ya se ha cansado y seguramente del otro también, pero lo mantiene a saber por qué.
De otros ministros ya se sabía de antemano que nos iban a dar días de gloria y que nos iban a salir caros. Milagrosamente, nos hemos librado de que Pachi, que todavía no ha contestado a la madre de Joseba Pagazaurtundúa, un socialista honrado, disfrute de una cartera ministerial.
Lo que debería saber este Gil, de cuyo chiste cabe deducir que lo único que le importa el disfrute de las prebendas del poder, es que el principal culpable de la corrupción de España es el PSOE, porque el único modo de reducirla es que los jueces sean independientes. El PSOE jamás ha querido que lo sean.
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