sábado, 19 de febrero de 2022

Pedro y Pablo, dos hombres y un destino

 

Ambos sufren fuertes pulsiones autodestructivas, como les ocurre a quienes no saben dominar sus pasiones. En el caso de Pedro, el fuerte odio a la derecha, que llevó a caer en los brazos de los podemitas y otros indeseables.

Para evitar que los suyos le empujaran a pactar con el PP lo hizo con otros a los que también odiaba, pero menos. Y acompañado por esos se ha ido asando a fuego lento. Cuando pierda el poder será un monigote, como Zapatero. Siendo presidente, han de vaciar las calles y cerrarlas al tráfico para que pueda andar por ellas.

Si hubiera pactado con el PP, habría disfrutado de una legislatura plácida y seguramente de una mayoría absoluta en las siguientes elecciones.

Pablo, dada la torpeza de Pedro, también tenía todo a favor. Y, encima, la aparición de Ayuso, que le favorecía mucho. Podría haber utilizado en su beneficio el tirón de la presidenta madrileña y, probablemente, ella lo habría consentido y habría estado orgullosa de ello, además. Pero no, tampoco sabe dominar sus celos, que se lo comen crudo. Cada vez que las muchedumbres la vitorean, se come las uñas, y los dedos enteros. No se le podía ocurrir una idea más peregrina que intentar someterla, porque ya había demostrado anteriormente que no se acobarda. Y ahí la tenemos jugándose el tipo, plantando cara a una acción.

Casado tampoco comprenderá ahora que los barones del PP ya saben que con él mando esa marca no da votos. Le tendrán que dar una patada al culo.

El pronóstico ahora es que las próximas elecciones las ganará Abascal, pero tampoco está claro. Toda España está a favor de Ayuso. Si le otorgan la presidencia del partido lo que ocurra luego puede ser apoteósico. Entonces sí que le van a tener envidia Pablo, Pedro y unos cuantos más. Y se les metería el miedo en el cuerpo a los golpistas, a los de Bildu, a los podemitas… #YoConAyuso

No hay comentarios: