Me refiero al jurado que ha declarado culpable a Pepe Lomas, el anciano que se defendió de un intruso que se había colado en su propiedad.
Creo desde que se implantó el sistema que el juicio con jurado es un error. Los jueces inspiran más confianza, por la sencilla razón de que tienen preparación específica para ello. Los miembros de un jurado, o algunos de ellos, pueden dejarse impresionar o influir por causas ajenas al caso.
Eso mismo puede haber ocurrido en esta ocasión concreta que seguramente se han dejado influir por el buenismo del legislador, al que le debería caer la cara de vergüenza por inútil. Deberían haberse centrado en los hechos, sin tener en cuenta la ley. Lo que juzgaban era lo ocurrido, no el modo en que el legislador quiso ver las cosas.
Y los hechos consisten en que alguien accedió a la vivienda aislada sin ser invitado. El propietario de la vivienda es un señor mayor. Y si no existe el derecho a defender el lugar íntimo de los indeseables que lo puedan profanar tampoco existe ningún otro derecho.
Los otros detalles son que el asaltante era ampliamente conocido por la policía y la Guardia Civil. Este dato no lo conocía, lógicamente, el dueño de la casa, pero en el momento del juicio los componentes del jurado sí que debieron ser informados. Deberían haberse puesto no en la piel del legislador, sino en la de quien estaban juzgando indebidamente, porque con una ley correcta, elaborada por gente sensata, este señor no debería haber llegado al juicio, porque antes de eso ya habría sido exonerado de toda culpa.
Tampoco es mi intención ensañarme con el jurado, porque no es su culpa, sino que toda hay que atribuírsela a los dementes que elaboran leyes perjudiciales para la buena marcha del país.
En España hay impunidad para peligrosos delincuentes y cárcel para gente honrada.
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